viernes, noviembre 14, 2008

CAMINO OTOÑAL

PRESINTIENDO EL OTOÑO
Goa 1979/87

Empiezo a sentir la humedad
de la soledad en mis huesos.
La necesidad de andar
un camino desconocido,
que al igual que una paloma
sin ojos surca el cielo,

pone viento en mis pies
y miedo en mi pecho.

Quiero encontrar mi yo,
esa sombra muda,
espesa y repleta de resentimientos,
que peregrina incansable
recorre caminos tortuosos
donde el polvo de los recuerdos
reseca la garganta
y el sollozo amargo
con sabor a destiempo
borra la última imagen de un rostro.

Estoy solo,
pero tú, golondrina inquieta,
alegras mis horas de insomnio,
aquellas otras en las que compartimos
instantes de amor
soñando un amanecer sin ojos
que descubran el secreto
de nuestros cuerpos desnudos
con el sexo ahíto y el último
beso a flor de piel.
(Tú y la lluvia,
tu perfume de mujer,
tu sonrisa de niña
y los silencios de ayer).

Quiero tu cuerpo descansado de amar
para escribir sobre él
mi último poema
con caricias para un despertar.

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