lunes, septiembre 30, 2019

Recordando a mi padre…


... se fue de viaje el 30/09/2003 y todavía no ha vuelto.

“DESCANSE EN PAZ”
 les dicen a los muertos,
pero yo no deseo
que mi padre descanse
para siempre.
Quiero que se ponga camisa y pantalón,
que respire,
que fume su purito cotidiano,
que levante las manos y toque
con sus dedos la mañana
y que su nombre repique
en el campanario de Lago
y que viva "la vida eterna”
mientras me espera al otro lado.





lunes, septiembre 09, 2019

¡Soñar no cuesta dinero!

1.  Muchas veces los poemas se escriben con profundos silencios, con palabras mudas que gritamos buscando que alguien, con nosotros, se enfrente al reto de vivir. Siempre persigo sueños, porque ellos tienen la culpa de que pase el tiempo y no haya sembrado mi último poema entre los vivos… y por ello quizás redoblan campanas en el silencio.

2.  El árbol de mis sueños está desnudo, viejo, caduco. Mi pensamiento es ceniza, restos grisáceos de un calendario sin fechas pero repleto de pensamientos, tristezas, risas… hojas de otoño caídas a merced del viento.

3.  Algún día conseguiré escribir durante 24 horas. Entonces quizás, solo entonces, habré escrito algo serio, importante y presente. 24 horas de palabras para no olvidar, para sembrarlas en el vacío y esperar que florezcan versos, poemas… sueños. Todo aquello que somos capaces de almacenar en nuestro cerebro, y que la rutina y comodidad va pudriendo. Escribiré para todos, incluso para los que no saben leer. Aprenderán de golpe, se les abrirán los ojos y ante ellos mis palabras se volverán títeres, muñecos. 

4.    Me pesan los párpados por el sueño y siento como un frío húmedo abraza mis huesos. La noche ha sido larga, lenta, cansada, noche oscura de muertos. Ya no buscaré más flores para mi sonrisa. Pondré las flores en mis zapatos para ir más deprisa y llenar el camino de colores. No correré por la calle, saltaré de flor en flor, de semáforo en semáforo para sonreír con los transeúntes.

viernes, mayo 24, 2019

Profecía de los gallos



  

Los gallos rojos cantan
en la mañana azul,
y la araña del sol teje
la tela de sus rayos
y se cumple la profecía
de los gallos:
“Nace la luz”



viernes, mayo 03, 2019

Manuela, tu recuerdo da color a mis tardes...


Un año de ausencia


Manuela, tu recuerdo da color a mis tardes.
Tu voz, desvanecida por la ausencia, 
perdura más que como una música
como otra imagen tuya...

Por eso tu recuerdo
da color a mis tardes...

Algo tuyo queda entre nosotros...
Vivirás levemente,
como una sombra en el paisaje
cada vez que te recuerde,
mientras la lluvia
deletrea tu nombre...
(ahora mismo llueve)


...sigo amontonando ganas de verte 
y hoy he vuelto a tu mirada;
 un enjambre tupido de recuerdos
 asomado a tus ojos me esperaba.
Gozo de verlos,
 gozo de verte,
 de regresar a tu mirada 
y encontrar tu cariño
 todavía en tus ojos.

lunes, abril 22, 2019

De vez en cuando la alegría tira piedrecitas contra mi ventana


He abierto la ventana
y siento ahora el aire
de la primavera.
No solo huele el aire,
también tiene sabor a tierra.
He abierto la ventana
y el viento levanta
alegrías y penas,
y luego vuela otra vez
entre los pájaros
y hacia las estrellas.


En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después…



Hace tan solo unos días, una noticia añadió una dosis elevada de canas en mi cabello.
¿Sorpresa inesperada?. ¡Quizás! ¿Alegrón?. ¡Contenido!
De golpe, y sin darle muchas vueltas, me pregunté: ¿qué es el futuro?, y dejé que las palabras desbordaran mi escaso razonamiento empírico* y escribí:

“el futuro es un niño desnudo,
y cuando menos lo esperas
te coloca una rosa en la oreja
y te mea inocente la cabeza”


Después, pasadas unas cuantas jornadas, durante las cuales el disco duro de mi cerebro se reseteó repetidamente, respiré profundamente y sonreí sin mirarme al espejo. No quería que la emoción acumulada en mis ojos empañara mi imagen de abuelo introvertido.
Rápidamente le di paso a la ilusión, a los sueños que se dan las manos y danzan en torno mío. Dejé que mi mirada marcara un punto en el horizonte próximo, donde cada atardecer se pone el sol y al entrar la noche, en el sobre entreabierto de las sábanas blancas, escribí una carta sin destino para mirar la vida con lentes de color, cerca y lejos…
Luego, buscando en mi baúl de aprendiz de poeta  y pensando en la pareja de “chocolate  con leche” y la simiente que han plantado, me sumergí en el mundo interno de mí ser, para entender que una semilla por pequeña e insuficiente que nos pueda parecer no está excluida de un mundo pletórico  de posibilidades. Porque cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol… una sabiduría interior las acompaña…

Ahora toca esperar, alimentar con cuidados, mimos y esperanzas ese germen plantado… planificar a corto plazo cada despertar, sin olvidar que el amor verdadero existe cuando te mantiene despierto y activo, porque es mejor que tus sueños.
A la postre, vivir es continuar.

*Que se apoya en la experiencia y observación

Sólo el camino sabe el azul de su paso. Silencio, respira.


HOY CUMPLES 101 AÑOS (03-04-2019)

Mi padre fue un hombre bueno
(también lo dicen quienes lo conocieron)
que llamaba a las cosas por su alma.
En su mirada siempre había
una luz sonriente y golpeada.
Por vivir, dejó lo que nos salva:
el generoso afán, la mano abierta
que derrama recuerdos y esperanzas.
Y una tarde partió.
En sus ojos cerrados se abría,
con su muerte, la mañana.

Papá, tengo un deseo:
sacude el frío de la muerte,
dame tu mano y ven conmigo,
el sol de la primavera nos será testigo
y aireará con luz tu sueño inerte.
¡Te espero!

domingo, enero 20, 2019

Recordando un rostro infantil...


Recordando un rostro infantil a pesar de las prisas diarias.

Como un poema sin palabras
aquel pequeño está escribiendo su tristeza
en el cristal de la ventana.

En su cárcel de cemento
apartado de la libertad del viento,
van agonizando miles de esperanzas
que en su mente ya eran realidades de mañana.

Con su silencio está gritando al mundo
el descontento de su infancia
y su voz se muere ante el griterío
de la oferta y la demanda
(luces, color, prisas y amenazas).

Aquel pequeño se consume
sintiendo frío en la garganta.
Desesperado en su aislamiento
araña el cristal con lágrimas.

Quizás alguien advierta su soledad
Y le pregunte ¿qué te pasa?.
Conozco su respuesta: ¡NADA!

El firmamento no tiene espacio
para acoger su nostalgia.
Las estrellas de colores no sirven
para iluminar su mirada.

El reclama amor.
Necesita ese calor que acorta distancias,
esa palabra suave que adormece
el cansancio de vivir detrás de una ventana.

GOA 1977/1987