domingo, agosto 05, 2012

Sin alas también se puede volar

...como otras noches has llegado de improviso a la grupa de la marinada, te has colado por el ventanuco de la habitación, te has colocado junto a la cama y como siempre con tu hocico has buscado mi mano para avisarme de tu presencia... ¡Te esperaba!. No podía ser de otra manera... Los aniversarios, incluso los que recuerdan tormentas emocionales se arraigan en los repliegues de la piel y florecen cuando toca porque solemos regarlos con lágrimas de madrugada... Gracias por venir, por surcar el espacio sin alas, compartir conmigo mis horas de insomnio y aguantar mis monólogos húmedos entre sábanas... 
Te fuiste porque nuestra angustia no podía soportar tu dolor mudo, tu mirada suplicante, tu irte apagando como el cabo de vela que alumbra el último aliento de vida... Y todavía nos duele tu distancia, pero solo por momentos, pues son más los instantes agradables que nos aportan tus fotos, ese montón de imágenes que no nos cansamos de repasar y que nos transportan a un ayer cercano que no estamos dispuestos a enterrar.
Te seguiré esperando, esperaré oir de nuevo el tic tac de tus pasos alrededor de la cama, bajaremos la escalera, saldremos a la calle, nos perderemos entre la boira y cogidos a la cola de un cometa nos daremos un paseo por la nebulosa de nuestro sueño interminable...y cuando llegue el paseo definitivo espero que te acuerdes de venir a buscarme...¡pero no tengas prisa!, nos queda toda una eternidad para dar nuestro paseo más largo.
¿Nos vemos mañana?

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