martes, febrero 13, 2007

¡NO SOY UN FANTASMA!

Puedo afirmar y certificar, pese a aquellos que piensen lo contrario, que no soy un fantasma. Hace unos pocos días, envuelto en un ambiente de prisas, despistado, preocupado y comprobando donde había guardado las llaves del coche, acelerado pues me estaban esperando, escogí el camino equivocado dentro del parking, y sin percatarme de ello, intenté salvar una pared de la forma más sencilla (para un fantasma) traspasarla. El resultado un soberbio chichón. Sentí como si un mulo me hubiese dado una solemne coz en el hueso frontal, salí rebotado y caí de espaldas, siendo el cogote quien primero saludo el suelo. Un dolor intenso y calor se alojaron en mi cabeza mientras un hilillo de sangre (que no de chapapote) recorrió mi nariz para morir en el bigote. Por unos instantes el sistema planetario mi hizo compañía mientras alguien se empeñaba en querer levantarme. Las gafas por un lado, intactas ¡vive dios!, y rotando sobre mi propio cuerpo conseguí ponerme a cuatro patas y erguirme después del duro golpe. Durante unos minutos, mientras lavaba la herida y me refrescaba el cogote, recordé los típicos refranes “las prisas son malas consejeras”, “vísteme despacio que tengo prisa”… iba andando, pero… ¿y si hubiese ido conduciendo?

No hay comentarios: